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martes, 22 de septiembre de 2020

Lección de Esoterismo.

 Las bebidas fuertes, la sidra y el vino pertenecen al Lado Izquierdo. La cerveza es la única bebida alcohólica que pertenece al Lado Derecho. Si una mujer tiene dos hijas, una será del Lado Izquierdo y otra será del Lado Derecho, porque las energías tienen que equilibrarse, es una ley cósmica. Los hombres pertenecen al color blanco, que es el color del semen y las mujeres pertenecen al color rojo, que es el color de la menstruación. Las sacerdotisas paganas vestían de blanco porque querían ser fecundadas, mental, emocional y espiritualmente para adquirir conocimiento y de la manera adecuada físicamente también. Los hombres que quieren resultar atractivos a las mujeres deben vestir de rojo. El negro es el color del Máximo Poder y por eso sacerdotes y brujas vestían de negro. El Máximo Poder está por encima del sexo ya que el sexo sólo es una necesidad en la gente de baja evolución. Las personas muy elevadas pueden prescindir del sexo y ya no sienten ninguna necesidad de él pues ya su vida es un orgasmo perpetuo. El Lado Izquierdo es lo no adecuado y es lo que la gente simple conoce como mal y el Lado Derecho es lo adecuado y es lo que la gente simple conoce como bien. Los Maestros enseñan que la mujer pertenece al Lado Izquierdo y el hombre pertenece al Lado Derecho y por eso el hombre es más puro mientras que la mujer siempre es tentada. En la antigüedad ya se conocía que se hacía necesario que el Lado Derecho sometiera al Lado Izquierdo, que la mujer fuera sometida (controlada) por el varón y las grandes religiones monoteístas todavía lo enseñan. Está en la naturaleza de la mujer buena desear ser sometida por su marido mientras que la mujer rebelde pertenece a LILITH, al veneno de la serpiente y te arrastra al submundo, modernamente en nuestra sociedad al submundo de la pornografía y la prostitución, donde las mujeres se aprovechan de las debilidades carnales de los hombres pecadores para obtener una ganancia. Sin embargo el hombre justo no cae en los lazos de una mujer y puede prescindir de su compañía. El hombre para ser puro debe afeitarse la cabeza y la barba pero para ser santo debe dejarse crecer mucho el cabello y la barba. En medio de estas dos tendencias están los hombres normales cuyo camino no es llamar a la pureza ni a la santidad y que son tentados por el veneno de la serpiente, por la pornografía y la prostitución. La mujer se vuelve una prostituta cuando utiliza sus encantos para lograr una ventaja económica de los hombres, pero pensar que esa es su verdadera naturaleza no es conocer que puedan existir mujeres que sientan la necesidad de ser el apoyo, reposo y descanso del varón, pues no es culpa suya pertenecer al Lado Izquierdo sino voluntad de Dios. 

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