Si se disuelven las creencias es siempre por su inmediata cercanía, diferentes credos conviven juntos y entonces nos preguntamos cuál es el correcto. Personas de diferentes creencias y religiones conviven juntas y no sólo eso: por muy alejados que estemos los unos de los otros la tecnología nos acerca a todos. La idea más inverosímil es compartida y llega a ti, la religión más extra faltaría con su denso número de adeptos que también llega a ti. La gente es muy diversa y en este mundo tumultuosa y abigarrada, ya hemos dejado todos de ser por ejemplo un señor de Soria que no sabía nada del mundo y vivía inmerso en su propia y particular realidad. Todo es profundamente complejo, nada es tan sencillo como ponen ante nuestros ojos las grandes religiones pero en última instancia no sabemos ni lo que es la realidad. Hay un nudo en nuestras relaciones que nos conviene o nos asfixia y lo mejor siempre pensamos que tenemos que buscarlo fuera. El universo está siempre en movimiento, es una ley cósmica. Siempre estamos evolucionando pero la verdad es que no sabemos hacia dónde, no sabemos hacia dónde nos van a conducir nuestros pasos. Tranquilos y en calma y sin salirnos de nuestro centro, eso sólo puede ser sabiduría pero tal vez nuestro carácter nos impida ser sabios o nuestro acentuado nerviosismo o simplemente la configuración de nuestro cerebro. Conocer el mundo de las apariencias para poder gozarse de ellas como una opción hedonista es la opción de todos los que buscan el placer, sentido y motor de sus vidas. La contemplación de la belleza estética, el consuelo del arte, requiere de nosotros que seamos más educados y no siempre estamos por la labor o sencillamente no tenemos el día.
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