Gaia, el planeta Tierra, intensifica su luz desde el día 29 de diciembre hasta el eclipse del día seis de enero del 2019.
Se abre un hilo interno de comunicación dentro del prana con energía de unión en el puente de Andrómeda, nuevas energías galácticas llegan a través del pasillo cuántico que es la unión constante de dación de vida. TENDREMOS QUE HONRARNOS A NOSOTROS MISMOS CON TODAS NUESTRAS ACCIONES, RESTAURANDO LA ENERGÍA DE AMOR INTERNA EN NOSOTROS.
Tenemos que mirar aquello que queramos desarrollar internamente con la llegada de la luz plasma solar en una espiral de cambios en el que nos veremos todos metidos hasta que nos sintamos libres de ser nosotros mismos.
LAS PERSONAS VAN A TENER QUE COMPRENDER QUE SIN AMOR NO HAY CAMBIO, SOBRE TODO AMOR A UNO MISMO.
Los cambios se darán con la aceptación y la gratitud a todo lo que hayamos vivido, tomaremos conciencia de para qué queremos vivir lo que estamos experimentando.
Hay que enfrentarse con fuerza interior a la propia negatividad interna, a la propia inmundicia y oscuridad interna para hacer una mudanza de vida para trascender con conciencia.
Todos los aprendizajes del pasado deben estar comprendidos, cerrados y armonizados.
ESTAMOS EN UN PROCESO EN EL QUE NUESTRO YO SUPERIOR QUIERE QUE EXPRESEMOS TRAUMAS CON LA GRATITUD DE LO QUE HEMOS APRENDIDO PARA TRANSITAR LAS EXPERIENCIA. DEBEMOS EXPRESAR LA VERDAD PARA PODER TRANSFORMARNOS EN EL PROCESO DE ASCENSIÓN INDIVIDUAL.
Se trata de restaurar nuestra propia luz y según vibre se enlazará con la misma vibración con la energía del colectivo que multiplica la realidad externa para cerrar situaciones que ya no nutren la humanidad, nos enlazaremos unos con otros según nuestro nivel de vibración, mejor actuar desde el respeto y honrarnos y amarnos a nosotros mismos pero aceptemos que podemos expresar amor, rabia o dolor con la claridad de lo que sentimos.
NO PODEMOS SEGUIR NEGANDO LO QUE QUEREMOS SER NI SEGUIR NEGANDO QUE NO ESTAMOS DÓNDE QUEREMOS ESTAR
O NOS EXPANDIMOS Y DAMOS LO MEJOR DE NOSOTROS MISMOS O NOS COLAPSAMOS Y DAMOS LOS PEOR DE NOSOTROS MISMOS