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domingo, 9 de septiembre de 2012

MARTES CON MI VIEJO PROFESOR

CONVERSACIÓN


--¿A dónde vas con esa bolsa, José Ángel?

--Le estoy haciendo la publicidad a un amigo y me ha pagado en helados...¿Quieres uno?


--Gracias.

--Me parece bien. Trabajo y me pagas en helados, te arreglo el grifo y me das un plato de sopa...

--Es lo que estoy leyendo en la prensa hoy: cuadrillas de parados dispuestos a currar en lo que sea...Una jornada de trabajo y aquí tiene usted sus cien euros, yo lo llamo MICROTRABAJOS

--Me parece bien, escribe sobre el tema.

--No.

--Así estaremos los unos y los otros hasta que nos demos cuenta de algo.

--Si. De si son galgos o si son podencos...

--Hasta que nos invadan los rusos...jejejeje.

--No. Una especie de día D...

--¡Qué va a ser de nosotros!

--Nuestro destino es convertirnos en unos chihuahuas comecoños, jejejeje.

--jejejejejejeje

--Hasta luego.

--Salud.

--Adiós.

(Al salir intenté comprender lo que quiso decirme mi viejo profesor, no me daba cuenta de nada porque pensaba a nivel global...entonces empecé a pensar en lo más próximo, en mi ciudad, tan sólo en mi ciudad...el dinero sólo lo tenían los jubilados...pero sólo sus mujeres porque ellos se habían arruinado con exesposas, putas y queridas...y no lo tenían todas tampoco...las señoras de clase alta, las que hacen de mecenas a sus escogidos, las de los perritos ridículos cómo única compañía...empecé a sentirme mareado...

cogí una galleta de nata de la bolsa y el azúcar empezó a entrar por mis venas...no me sentía tan mal...todo era cómo una especie de locura colectiva, es decir, de repente todos teníamos un destino común, todos estábamos unidos...una especie de karma colectivo...me miré en el espejo del banco Pastor y vi una cara de loco de puta madre...)

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