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lunes, 30 de diciembre de 2019

INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO CIENTÍFICO (3)

La ciencia aspira a ofrecer conocimientos fiables basados en hechos, nuestros conocimientos sobre el mundo también están basados en la evidencia. Si miramos por la ventana que llueve, cogemos un paraguas. Siempre estamos teniendo conocimiento sobre el mundo. Al tomar decisiones en cuestiones ordinarias tendemos a evaluar la evidencia de manera sesgada, formando opiniones quizás a partir de prejuicios, sesgos y pensamientos desiderativos. Un prejuicio es una opinión formada sin disponer de una evidencia directa acerca de lo que estamos pensando. Así existen prejuicios raciales, sexuales, sociales. El frío pro ejemplo, no es la causa de los resfriados pero todo el mundo piensa que sí, si ésto es un prejuicio...¿Cómo será todo lo demás?
La ciencia entonces es desprejuiciada y la actitud científica es incompatible con creer algo sólo porque pensamos que tiene que ser así, por ejemplo no creer en el fin del mundo porque no querramos que ocurra nunca, pero el mundo algún día va a tenerse que acabar. A ésto se le conoce por pensamiento desiderativo, lo que nosotros deseamos y queremos determina todas nuestras creencias, es decir: el inconsciente determina todas nuestras creencias y creemos siempre en aquello que nos vaya bien, que nos sirva, que nos acomode. Personas por ejemplo con un gran ego tienden a creer en la filosofía de la New Age que dice que todos somos dioses porque su ego les hace aceptar esta creencia.
Un sesgo es otra cosa, por ejemplo es la falacia de un jugador que cree que porque hayan salido siete números pares el siguiente tiene que ser impar o también porque dos veces haya salido cara en la moneda ya tenga que salir cruz a lo siguiente. PERO EL MAYOR SESGO VITAL ES ACEPTAR UNA CREENCIA DEL GRUPO AL QUE SE PERTENECE POR NO DEJAR DE PERTENECER AL MUNDO AL QUE SE PERTENECE Y EVITAR CREER LAS CREENCIAS EN CONTRA, SIN CUESTIONARLAS.


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