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miércoles, 14 de noviembre de 2018

EL GRAN DESIGNIO

Saludos. No es petulancia decir que hay personas que viven en y para un mundo completamente material, mientras que otras, sin embargo, se encuentran cómodas en un mundo puramente espiritual. Hay que decir que existen diversos niveles de evolución en el ser humano y que no tienen nada que ver con la raza, la clase, el sexo, los estudios o la nacionalidad...pero es un hecho espiritualmente demostrado que hay seres humanos más evolucionados espiritualmente que otros, de la misma manera manera que existen seres humanos más enbrutecidos que otros y ya digo que ésto no tiene nada que ver con la raza, la clase, el sexo, los estudios o la nacionalidad, pero es un hecho demostrado o para decirlo de un modo más sencillo: existen personas que son mejores que otras. No todos somos iguales.
Decía Cervantes que en este mundo nadie es más que otro hasta que no hace por los demás más que otro. Era una manera de valorar a las personas por el amor y por la generosidad que eran capaces de dar, por ser útiles a la sociedad e incluso imprescindibles, mentes capaces de concretar proyectos.
Éstos valores humanos realmente se han ido perdiendo hasta el punto que ya nadie cree en el altruismo y todos piensan que el que hace algo por otros quiere en el fondo obtener algún tipo de beneficio y así incluso se explica que los rezadores y los místicos lo son porque se activa una parte de su cerebro que les hace sentir que están en contacto con la Divinidad y que les proporciona placer, pero que en última instancia es una ilusión de la mente cómo cualquier otra. Ahora la gente considera un acierto pensar así.
Es curioso cómo todo nos conduce a un mayor materialismo al mismo tiempo que los recursos económicos para disfrutar de lo material escasean o disminuyen, eso produce mucha frustación en las personas que no pueden alcanzar aquellos bienes materiales que desean o que tienen que conformarse con otros de menor valía suscitándoles la envidia en muchos casos y el resentimiento en otros casos e incluso el odio en alguna medida en algunos niveles. Sin embargo los bienes espirituales están siempre disponibles para todos, sólo hay que tener un momento de recogimiento y de silencio interior para escapar de la pesadilla mundana de la sociedad y su vomitorio de locuras y conectar con el Ser Divino que somos, el que es Eterno y está en contacto con el Sacro Uno, con el Todo, con la Unidad, desprendiéndonos así de la ilusión de la separación, de la ilusión de que todos estemos separados por partidos políticos, naciones, creencias, fronteras, religiones y demás.
Encontrar aquello para lo que hemos nacido es encontrar aquello en lo que podemos ser más útiles a los demás y es en definitiva un acto de amor.
El gran designio de Dios para todos y cada uno de todos nosotros, tenemos que encontrarlo.

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