Te veo mejor en la Oscuridad.
No necesito Luz.
Que el amor hacia Ti sea un Prisma
Que supere a la Violeta.
Te veo mejor con los Años
Que con el tiempo se encorvan.
La Lámpara del Minero sea suficiente
Para anular la Mía.
Y en la Tumba te veo mejor.
Sus pequeños Paneles resplandezcan
Muy rojos con la Luz
Que tan alta sostengo para Ti.
¿Para qué necesitan el Día
Todos Aquellos cuya Oscuridad ha superado de tal forma el Sol
Que parece estar Continuamente
En el Meridiano?
POEMA 664
Me dejaste, Señor, dos legados.
Un Legado de amor
Que al Padre Celestial satisfaría
Si alguien se Lo Ofreciera.
Me dejaste Fronteras de Dolor
Vastas como el Mar
Ente la Eternidad y el Tiempo,
Tu Conciencia y la Mía.
POEMA 685
No es el Apocalipsis lo que aguarda,
Sino nuestros desguarnecidos ojos.
POEMA 128
Tráeme el ocaso en una copa,
Enumérame los botellones de la mañana
Y dime cuánto Rocío,
¡Dime qué lejos salta la mañana,
Dime a qué hora duerme el tejedor
Que tejió la anchura del azul!
Escríbeme cuántas notas habrá
En el nuevo éxtasis del Petirrojo
Entre las ramas asombradas.
Cuántos viajes hace la Tortuga,
Cuántas copas comparte la Abeja,
¡Libertina del Rocío!
También, ¿quién puso los pilares del Arco Iris,
También, quién dirige las dóciles esferas
Con mimbres de azul flexible?
¿Qué dedos engarzan la estalactita,
Quién cuenta los abalorios de la noche
Para saber que ninguno falta?
¿Quién construyó esta pequeña Casa Blanca
Y cerró de tal forma las ventanas que
Mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
Con instrumentos para volar,
Pasajera Pomposidad?
POEMA 280
Sentí un Funeral en mi Cerebro,
Y los Afligidos Deudos de acá para allá
No cesaban de andar, de andar, hasta que pareció
Que el Sentido se abría paso.
Y cuando todos estaban sentados,
Un Oficio, como un Tambor
Estuvo golpeando, golpeando, hasta que pensé
Que mi mente se obnubilaba.
Y entonces les oí levantar una Caja
Que crujía en mi Alma
Con las mismas Botas de Plomo, otra vez,
Luego el Espacio empezó a doblar,
Como si todos los Cielos fueran una Campana,
Y el Ser, sólo un Oído,
Y Yo, y el Silencio, alguna extraña Raza
Náufraga, solitaria, aquí.
Y entonces se le quebró una Tabla a la Razón,
y yo caía, y caía
Y golpeé un Mundo, en cada caída
Y acabé por conocer, entonces,
Cómo hombres anodinos, y Pléyades, permanecen,
Hasta que un repentino cielo
Revela el hecho de que uno ha sido arrebatado
Para siempre de la Vista.
Miembros de lo Invisible,
Existiendo, mientras los miramos,
En Oportunidad sin Leguas,
Inalcanzables, como el aire.
¿Por qué no los detuvimos?
Los Cielos con una sonrisa,
Pasan veloces sobre nuestras desengañadas Cabezas
Sin una Sílaba.
POEMA 1354
El Corazón es la Capital de la Mente.
La Mente es un Estado único.
El Corazón y la Mente juntos forman
Un único Continente.
Uno es la Población
Bastante numerosa.
Esta estática Nación
Búscala, eres Tú Mismo.
POEMA 1603
Pasar de un mundo que conocemos
A uno que todavía es un misterio
Es como la adversidad del niño
Cuya perspectiva es una colina,
Detrás de la colina hay brujería
Y todo lo desconocido
Pero ¿le compensará el secreto,
Subirla en solitario?
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