El carácter mercurial de la psique nos dice que el contrasentido no es el sinsentido sino otra cualidad, buceando en las hondondas del inconsciente lo que descubrimos es que hay un destino trágico en la idea de matar al héroe y acercarnos a las fronteras de nuestro yo más profundo, es héroes que somos nosotros en un sentido más amplio y que representa nuestros anhelos en formas difusas y lo mejor que podemos hallar de nuestra propia cosecha, no es otro camino que el que pretende esbozar una idea de la parte de oscuridad no integrada en nosotros y que aflora en forma de sombra y hace de nuestras neuras pequeños dioses que nos acompañan, en una especie de religión verdadera.
Pero pasado el septenio del ciclo de Saturno nos encontramos con el septenio del ciclo de Urano, de los 49 a los 56 años. En este ciclo la energía de la psique no es sexual sino mercurial, es energía de otra naturaleza y no atiende a nuestros deseos y es una sombra inconsciente y latido sonoro que sala la vida y hace inútil los sentidos de anteriores etapas y entonces escuchamos hablar a la vida de otra manera más veraz, nos hacemos amigos de la muerte, nos hacemos amigos de la sombra, nos hacemos amigos de lo elemental y encontramos una prodigiosa habilidad para manipular signos y consideramos ser aquel príncipe desaparecido del que sin embargo no debemos despertar sus sospechas, en razón del agua de las emociones todo fluye en el remanente que daña o sana para siempre pero nunca se pierde, porque nos enfrentamos a ciertos poderes cósmicos con los que podemos hacer lo necesario.
El juego de lo genial entonces nos está ganando y solemos cambiar de ideas en pos de un mayor Poder, de un mayor Destino...¿Pero qué haremos con la nueva Magia, la convertiremos en agua pasada? Entonces hacemos lo que nos gusta y lo hacemos rápido, nos conducimos con cuidado y ya no hay lágrimas en el camino y volvemos de nuevo a nuestra playa interior y ofrendamos a nuestro mar interior, la Poderosa Apariencia del Todo.
Si alguien piensa que ésto no hay quién se lo trague será porque se acerca a algún embotellamiento de su alma y entonces nunca se termina a tiempo ningún trabajo pero se inaugura una y otra vez una nueva vida, para uno y para dos.
Sale la recompensa de la vida a servirnos y a recomendarnos, nos sorprendemos y tenemos un pequeño corazón que se hace grande y un gran corazón que se hace pequeño, pero nadie se interpone en tu mundo, respiramos hondo, miramos y cobramos fuerza.
Todas las alfombras de la vida ya no son tentáculos que nos asedian, la lucha deja de ser a fondo para encontrar la paz en la No Acción y la serenidad en lo extraño inconturbable que nos hace soltar y seguir, todo son imágenes, todo son señales, todo son símbolos. Nuestro mundo es cada vez más esotérico y vivimos sin humillaciones en la rivera de nosotros mismos, en la calma, en la paz, en el camino, con todas nuestras características perfectas.
Dios entonces nos respeta y nosotros respetamos a Dios.
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