Superpensionistas y ninis, dos fenómenos de la España actual. Por circunstancias de la vida pensionistas que cobran unas pensiones altísimas con dinero más que suficiente para poder vivir bien y a su lado coexistiendo ninis, jóvenes que ni estudian ni trabajan y que malviven por las calles intentando reunir unas monedas para hacer botellón el fin de semana, su única fuente de evasión de la dura realidad a la que están abocados. Mientras los ninis viven una experiencia pésima los superpensionistas viven a todo tren y con todo lujo, después de haber trabajado con buenos sueldos para procurarse semejante prerrogativa, es decir: después de haber vivido bastante bien toda su vida ahora les queda una gran pensión para seguir viviendo, si cabe, mucho mejor.
En una España de catorce millones de pobres donde sólo en Madrid hay tres millones ochocientos mil pobres que cobran una ayuda de los Servicios Sociales después de firmar un documento diciendo que no se van a dedicar a mendigar, en una España de catorce millones de pobres, digo, los superpensionistas son unos privilegiados pero realmente llevaban siéndolo toda la vida y es que siempre ha habido clases o eso parece. España ya no tenía remedio, era un país envejecido que no estaba dotado de un relevo suficiente de cotizantes a la Seguridad Social por lo que las pensiones no podían estar garantizadas para siempre. La gente estaba muy enfadada por ésto y algunos decían que los que no habían tenido hijos para poder vivir más cómodamente eran responsables de esta situación, el hecho de que la gente no hubiera querido tener hijos es lo que ha propiciado que ahora no haya suficientes cotizantes a la Seguridad Social, realmente sólo han tenido hijos en España recientemente los extranjeros emigrantes, sus hijos ya son españoles y en el futuro cotizarán a la Seguridad Social. Pero el problema es que aun así no hay un relevo lo suficientemente amplio de cotizantes a la Seguridad Social por lo tanto hay mucha gente enfadada con la gente que no ha querido tener hijos por comodidad o para vivir mejor, más libre y despreocupado. Además los emigrantes se han ido a mejores tierras, con sus hijos también. No hay relevo generacional en España y los jóvenes quinceañeros y veinteañeros que ahora hacen botellón destrozándolo todo expresan así su rabia por no tener un futuro y por tener muchas menos oportunidades y dinero que sus padres y por vivir en un país peor. Los jóvenes entre quince y veinte años que hacen botellón lo están haciendo porque no tienen suficiente dinero para salir o alternar cómo tenían sus padres y ahora su rabia les llena y les lleva a destrozarlo todo y a consumir hachís y marihuana y a pasar de política a excepción de que sus destrozos del mobiliario urbano sea una forma de hacer política, sea una forma de protesta cómo parece ser que así es. Es un gran problema al que se enfrenta España, jóvenes enloquecidos y frustrados que después del botellón lo destrozan todo a su paso porque saben que no tienen futuro o porque saben que la realidad que les espera será muy dura: precariedad laboral, desempleo y muy bajos salarios...No quieren adaptarse a vivir en un mundo así, prefieren destrozarlo todo, es decir: prefieren protestar.
Y la guerra parece ser ésta: jóvenes ninis frustrados y empobrecidos contra superpensionistas mayores y resabiados que sólo miran por lo suyo y persiguen mantener sus privilegios.
Pero este fenómeno antes no existía en Pucela y si se daba se daba en contadas ocasiones cómo en las hogueras de San Juan o en alguna fiesta de universitarios en el campus o quizás tras un partido importante de fúbol. Pero ahora ya son todos los fines de semana en los que los jóvenes por centenares destrozan todo a su paso. La semana pasada sin ir más lejos destrozaron los espejos retrovisores y los cubreruedas y guardabarros de los vehículos de la calle Estación y a su paso por la calle Galatea entraron en un establecimiento de trabajo temporal y derribaron una pared. Se puede pensar que de alguna manera que causaran desperfectos en una empresa de trabajo temporal era una maniobra o una estrategia política pero realmente nada estuvo premeditado, el botellón se celebraba en los jardines aledaños del Campo Grande y la empresa de trabajo temporal estaba muy cerca. También atentaron contra un comercio de comida rápida de los Estados Unidos pero tampoco fue premeditado, daba la circunstancia de que estaba cerca aquel comercio. Lo más grave fue que agredieron a un miembro de la seguridad del establecimiento de comida rápida, de lo que se deduce que los comedores de comida rápida ya disponen de agentes de seguridad para lo que pueda pasar.
En toda España pasa lo mismo, los jóvenes se están desmandando y han tenido que recortar los horarios de los clubes de ocio nocturno en Madrid. También ha habido agresiones en Murcia, en Valencia y en el País Vasco, más por cuestiones políticas que por alcoholemia pero tampoco por ninguna razón aparente, todo está muy confuso y es difícil desentrañar los verdaderos motivos de tanta violencia a no ser que todo sea ya producto de que los jóvenes no tienen dinero para divertirse y agreden a otros jóvenes privilegiados y muy pocos en número que disponen de una cantidad de dinero suficiente para esparcirse pero por lo general lo que hacen es atentar contra el estatus privilegiado de las personas mayores, ésto es: envidia social, rabia social con deseos de venganza producida por una crisis que ha durado ya una década. Y lo peor es que las cosas no van a mejorar.
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