CÓMO APLICAR LA LEY DE LA ATRACCIÓN

¿Qué debemos hacer para llevar a buen puerto la ley de la atracción? Hay que llevar a la práctica todo aquello que se predica. Y parte de las etapas de la vida de las personas está salpicada de sucesos que hacen que tengamos que poner en práctica la ley de la atracción EL SECRETO y muchos lo hacen de una manera natural para conseguir sus objetivos y ser felices y plenos y encontrase a gusto con uno mismo y sobre todo en paz. Esas personas son y serán nuestro ejemplo para practicar EL SECRETO y es fundamental no contar a nadie nuestros objetivos, las metas que queremos alcanzar porque al ser competitivos ellos pueden usar el secreto de manera negativa para perjudicarnos y eso es lo que ha pasado en España, la gente envidiosa ha ejercido su voluntad negativa para perjudicar a los demás y todos en España han querido que los demás estén fastidiados y al final lo que ha pasado es que nos hemos cargado España deseando el mal y el fracaso a nuestro vecino, porque todos han pensado lo mismo y al final el país no se ha podido levantar de su arrostrada prostración, porque muchos deseaban que estuviera el país en esa situación para sentirse menos miserables de su condición subyugada. La envidia es energía negativa y el mal de ojo y la envidia o energía negativa o mal de ojo la han aplicado unos españoles sobre otros, sobre el siguiente, sobre su compañero, sobre su vecino. Todos hemos querido el mal para el prójimo y todos hemos hechos malas prácticas de mal de ojo con nuestro deseo y energía mental. PENSAR QUE ESPAÑA VA BIEN HACE QUE ESPAÑA VAYA BIEN, LOS MEJORES TIEMPOS PARA ESPAÑA HAN SIDO AQUELLOS EN LOS QUE SE HA REPETIDO HASTA LA EXTENUACIÓN QUE ESPAÑA ESTABA BIEN PORQUE ALGO QUE PUDIERA SER FALSO O NO DEL TODO CIERTO SE PUDO CONVERTIR EN REALIDAD GRACIAS AL SISTEMA PSICOLÓGICO CONOCIDO CÓMO PROFECÍA AUTOCUMPLIDA

Por eso hay que ocultar nuestros esfuerzos, metas y ambiciones a todo el mundo, incluso a la familia y a nuestros mejores amigos porque ellos pondrán fuerza mental en que nos dirijamos hacia el más absoluto de los fracasos y no es que España sea un país de envidiosos, que también, sino que se trata de la más elemental condición humana.

El silencio es fuerza en la ambición, sobre todo si éste viene de la humildad.