--Ya sabes que el mundo es un dibujo--le dijo el ángel--pero ahora te daré otro secreto para la humanidad y cómo eres muy inteligente lo vas a entender perfectamente EL TIEMPO ES UN OJO
El Maestro Ocultista puso su mente en acción, pero le costaba trabajo abstraerse de todo lo posible y lo imposible.
--EL TIEMPO TE MIRA DESDE SU FUNCIÓN--dijo el ángel, y luego desapreció cómo había venido.
Humildemente tuvo que reconocer el Maestro Ocultista que esa nueva revelación no era capaz de desentrañarla. De todas formas hizo un esfuerzo sobrehumano y llegó a la sguiente conclusión:
El tiempo es cómo un organo vivo que cumple una función y está activo, de la misma manera que la función del ojo es ver, el tiempo debe cumplir una función que se podría llamar "Tempear" y en tanto en cuanto el tiempo cumple esa función nosotros vivimos y existimos en el tiempo, luego el tiempo es una dimensión ajena a nosotros y que está fuera de nosotros. Y QUE NO ES PROPIA DE LA PERSONA
Así sentir con celeridad en transcurso del tiempo o su dilatación no es cosa nuestra ni de nuestra mente sino que nos viene impuesto y puede ser ello deriva natural de confluencias cósmicas o de las voluntades divinas desde los planos del Más Allá, desde donde somos gobernados.