NUESTRO DIOS ES UN ARCONTE
Imaginad un científico que un laboratorio tuviera unos ratoncitos en su jaula que cuando murieran les volviera a dar la vida una y otra vez y una y otra vez. Para los ratoncitos aquel científico sería Dios pero nosotros que tenemos más consciencia sabemos que eso no es cierto.
Todo es una cuestión de consciencia.
En nuestra realidad el Dios creador del universo no es Dios, es un Arconte, una Superinteligencia Superior Creadora que dispone de nuestras vidas en esta existencia y después de ella.
El Dios creador del universo, una vez que morimos, recoge nuestra alma y tras un tiempo en su presencia nos permite reencarnarnos en este mundo o en otros mundos según lo deseemos, de esa manera siempre somos eternos, pero este Arconte no es Dios, pero no podemos conocer al Dios Verdadero porque estamos atrapados en esta Maquinaria Cósmica para volver una y otra vez y una y otra vez en un eterno retorno nietzschiano.
Nosotros somos hijos del Dios creador del Universo pero este ser es una creación del Dios Verdadero al que nunca llegaremos.
Nunca llegaremos al Dios Verdadero porque estamos atrapados en una Maquinaria Cósmica Universal hasta tal punto que incluso cuando sólo seamos espíritus puros y seres espirituales (cuando sólo seamos almas puras) tendremos nuestras limitaciones.
El budismo permitía con sus sapiencias y técnicas que resolviéramos este problema y rompiéramos todos el ciclo de reencarnaciones para tratar de llegar al Dios verdadero y no al Arconte, pero el problema es que el ciclo de reencarnaciones nunca se puede romper a pesar de que con mucho esfuerzo y trabajo espiritual tratemos de quebrarlo.
En consecuencia todo esfuerzo espiritual es vano.
Debemos ser humildes.
DEBEMOS COMPRENDER.
