miércoles, 14 de junio de 2017

¿EL SENTIMIENTO RELIGIOSO SE DEBE A QUE ESTAMOS MAL CONSTITUIDOS?

Saludos. Escuelas de filosofía sobre el raciovitalismo y las carbonarias de William Blake hablaban sobre todo de los hombres fuertes que siguen sus inclinaciones, de los hombres fuertes que siguen a sus energías y dejan el sentimiento religioso cómo un displacer de estructuras más débiles y de constituciones más débiles--Nietzsche, Hume, Heidegger--, ese mundo raro y místico que al final nos lleva a hablar con Dios y a sentir a Dios se debe a naturalezas mucho más sutiles, mucho más delicadas e incluso enfermizas. La mística, la espiritualidad está allí donde ya no tiene poder la propia naturaleza, tanto para hombres cómo para mujeres,
La religión sería el consuelo y el bálsamo de las naturalezas mal constituidas, el hombre fuerte siempre creería ante todo en sí mismo y en sus propios recursos de los que la naturaleza le dotó tanto físicamente cómo en inteligencia, mientras tanto el más débil, incluso el débil mental, sentiría la presencia protectora de ángeles o hados y su convulso desatino se haría de la manera aquella en la que la mente es probada, logrando ante todo un resultado cierto: una mayor felicidad, un estar en el otro mundo cuando natura ha sido escasa o cruel o simplemente poco generosa, un mundo sutil de sensaciones raras en las que entablar una relación con un ente superior más poderoso que le asimila y le mitiga sus penas y sufrimientos,  y sentirlo llevado por una necedad más que una necesidad.


La relación con Dios al no ser una relación probada es por definición una relación imaginaria que nos enlaza y nos entronca con la psicología del pensamiento mágico y la autosugestión, unas normas, unas leyes, una liturgia, unos rezos, unos mantras, cambian el estado de conciencia del individuo y le llevan hacia regiones etéreas fuera del duro alcance del  darwinismo y selección natural de este mundo que sería de apariencias pero dentro de una experiencia 3D, es decir: habitando un cuerpo físico y gozando de un mundo sensual que cuando nos es negado es entonces cuando representamos en nuestra mente una paradoja y una fábula de un mundo más alto.

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