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sábado, 12 de enero de 2019

PENSAR FUERA DE LA CAJA

Saludos. Cuando nacemos estamos conectados con el universo y luego con el tiempo vamos perdiendo nuestro propio poder según vamos asimilando creencias limitantes y reduccionismos.
Nos dicen que pertenecemos a un país, a una religión y a una sociedad, que pertenecemos a un sexo determinado y que tenemos que hacer las cosas que se exigen de una persona de nuestra creencia, clase social, religión, sexo y edad y país.
El primero que desenmascaró este proceso fue el místico hindú Yidú Krishnamurti, él siempre nos dijo que el mundo era una ilusión que nos hacen vivir, que las sociedades potencian la irrealidad del mundo en el que nos movemos dando diversas apariencias falsas para ello que al final no son sino el constructo de nuestra personalidad, somos aquello que nos han contado que somos.
Idealizaciones y sueños de la espiritualidad pueden ser las enseñanzas del místico Yidú Krishnamurti. Lo importante es el estudio de las religiones y quizás viajar física o mentalmente hacia la inspiración, justicia, Amor Incondicional, Igualdad. Ser generosos siempre, ser desprendidos, ser amorosos. Ver en qué coinciden todas las religiones del mundo, ver en qué coinciden siendo ello lo más elevado.
El proceso identitario siempre es el proceso diferenciador, el proceso diferenciador culmina siempre en un conflicto. Es un punto muy importante que ahora con la intensa transformación plutoniana astrológica se está diluyendo, parecía ser un proceso muy largo pero ahora el trabajo del inframundo de la demolición de creencias y apariencias se está dando como un proceso, un proceso largo que está creando resistencias y quizás un viaje en el sentido inverso. Un viaje a los orígenes precisamente cuando vivimos en un mundo en descomposición. Es decir, vamos hacia una guerra personal y con el otro, con el que no es yo y ahora lo percibimos como una amenaza debido a que se está luchando fieramente por los recursos ahora que los recursos se ve que ya no pueden ser para todos. A nivel personal una guerra contra uno mismo, a nivel social una guerra con el otro y a nivel planetario una guerra entre países y en los países quizás una guerra entre regiones y entre clases. Y todo ésto justo cuando en realidad lo que se está produciendo es un proceso de unión al sentir que no hay nada diferente entre lo que es mío o de otros, entre lo que pienso y no pienso, porque todo es un todo, entre lo que somos y no somos. El miedo se apodera de la mente ante esta disolución y despertar espiritual y acudimos todos a buscar un refugio en el concepto identitario y diferenciador para buscar una seguridad, lo que sentimos es pavor de este despertar de conciencia que nos une con el cosmos y con el Todo y corremos en sentido inverso a la evolución que estamos transitando como especie buscando el elemento diferenciador que nos una a la tierra, que nos dé una estructura, que no nos haga sentirnos perdidos en la inmensidad de Dios, abrasados por su Poder.

Místico Yidú Krishnamurti

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